SONIDOS DEL MUNDO

viernes, 10 de octubre de 2014

EL AGUILA NAZI DEL ADMIRAL GRAF SPEE: Una invaluable joya que merece ser expuesta al mundo

Una noticia proveniente del Uruguay da cuenta de que el gobierno de ese país se enfrenta al dilema de subastar o exponer una imponente escultura del águila nazi que se encontraba en la popa del Graf Spee, un acorazado de bolsillo alemán hundido en 1939 por su propio capitán en la bahía de Montevideo, según informa esta semana The Guardian. Como sabéis, la escultura de bronce de 350 kilos fue sacada del mar en el 2006 por un empresario buscador de tesoros y después de un largo litigio ha sido declarada propiedad del Estado, que se ha dado un plazo de un mes para resolver su futuro. La escultura, de 2,8 metros de ancho por 2 de alto, es una pieza poco común ya que reúne los símbolos del águila y de la esvástica. Fue la insignia de uno de los avances tecnológicos de la Alemania nazi: el Admiral Graf Spee, un buque veloz y con los últimos avances armamentísticos pero de tamaño pequeño. Con sus 1.100 tripulantes, el crucero blindado se instaló cerca del Río de la Plata para impedir el abastecimiento enemigo en carne, lana y cereales. Los británicos fueron a su encuentro con tres naves de guerra, lo que dio lugar en diciembre de 1939 a la llamada Batalla del Río de la Plata. El Graf Spee sufrió algunos daños y  antes que rendirse, el  capitán del acorazado decidió hundirlo en la bahía de Montevideo y refugiarse en tierra con su tripulación. Para el arquitecto e historiador William Rey Ashfield, expresidente de la Comisión de Patrimonio de Uruguay (2007-2008), el águila sacada del mar fue testigo de la historia y debe ser expuesta en un museo que explique su contexto. Sin embargo, el especialista reconoce que la exhibición de objetos nazis es algo casi inexistente en el mundo, donde esos símbolos se han dado a conocer al público por el cine estadounidense. “Pasados tantos años impresiona el nivel de censura sobre los símbolos nazis, que deben ser asumidos como parte de la historia”, afirma William Rey. Coincidentemente,  el Gobierno alemán es de la misma idea y desde el 2007 reclama que el águila no se subaste - como pretende su descubridor -  y que por el contrario, sea expuesta al público. En efecto, el empresario y cazador de tesoros uruguayo Alfredo Etchegaray, quien fue el que localizó los restos del Graf Speey y sacó el águila del mar en una  costosa operación en el 2006, es quien  insiste en subastarlo. Si bien la justicia uruguaya le reconoce el 50% de los beneficios de una eventual venta, pero el cómo, cuándo y dónde de una hipotética subasta le corresponde al Estado. “Si esta invaluable  pieza se acompaña de un entorno histórico, puede ser expuesta en Uruguay y en el extranjero. He sabido que museos de Japón, Europa y Estados Unidos han expresado su interés por ella”, afirma Etchegaray, quien continuará la batalla judicial por recuperar su inversión. El precio de la estatua es otro tema de controversia ya que ha sido valorada en sumas millonarias (hasta 40 millones de dólares, 31,9 millones de euros) y que las grandes casas de arte internacionales como Sotheby`s y Christie´s  están dispuestas a incluirlo en sus catálogos. De momento, el águila está en un depósito de la Armada Nacional de Uruguay, quizá sabe hasta cuando en espera de su destino.
actualidad cultural
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